Autorregulación durante la asamblea

Silvia Rivas

S.M.P.

En mi aula, uno de los acuerdos de la asamblea es mantenernos sentados. Pero un día, Josué David se quedó de pie. Me acerqué y le pregunté por qué no se sentaba. Él no me respondió. Los otros niños me dieron sus puntos de vista:

Steven: Josue David está nervioso. Es por eso que no quiere sentarse.

Thiago: Creo que no sabe lo que tiene, por eso no habla.

José David: A mí me parece que está molesto. Por eso no quiere expresarse.

Le dije que lo veía incómodo; que cuando se sienta listo, se siente y que estaría atenta a lo que necesite. Luego, me ubiqué para empezar la asamblea. Entonces, Josué David se sentó y poco a poco se animó a participar activamente en la reunión.

Diariamente me aseguro de que todas las niñas y niños cumplan con los acuerdos. No hace falta que lo repita constantemente. Ellos ya saben lo que tienen que hacer y por qué. Si un día a uno le cuesta un poco, ayuda que reconozca sus emociones para que pueda manejarlas y logre poner en práctica lo acordado.

Mantener los acuerdos en el tiempo los ayuda a autorregularse. ¿Qué otras sugerencias podrías darme para apoyarlos en el manejo de sus emociones y comportamiento durante la asamblea?