El ambiente de aprendizaje que elegí fue el biohuerto, es un espacio que me evoca recuerdos de mi niñez junto a mi padre y su amor por las plantas, por lo cual a lo largo del año pasado trabajamos y potenciamos dicho espacio con mis niños, iniciando desde su exploración y experiencias previas, luego paulatinamente iban interviniendo en el procesos del sembrado y desarrollo de cada plantita, aprendiendo de manera activa y construyendo nuevos conocimientos. Cabe destacar que también es un espacio que nos generaba mucha calma que siempre nos daba la bienvenida con una brisa de olores y sombra en los días calurosos. En cuanto a los materiales y distribución, estaban al alcance de ellos para su libre manipulación y se procuraba usar elementos reciclados de colores neutros.